
No exento del etnocentrismo de la época el P. José Serrano escribía en una carta al general de la orden en 1703 que “la imprenta, como las muchas láminas para su realce han sido obra del dedo de Dios, tanto más admirable cuanto los instrumentos son unos pobres indios nuevos en la fe y sin la dirección de los maestros de Europa”.
Según este sacerdote la pericia de los guaraníes de los pueblos misioneros para el trabajo artesanal que implicaba crear los tipos y demás elementos que componen la imprenta no podía ser fruto de una elevada destreza manual y una inteligencia promedio sumado a su dedicación al trabajo, sino estos nativos eran solo un “instrumento” en los “dedos de Dios”.
Desde principios del S. XVIII hasta prácticamente la expulsión de los jesuitas (1768) en los pueblos de Loreto, Santa María la Mayor y San Javier, se llevó a cabo la primera experiencia editorial de Sudamérica, estos pueblos figuran en los pie de imprenta de la, como mínimo, decena de títulos publicados en las ex reducciones. Aun así es fácil escuchar (o leer) que la primera ciudad en poseer imprenta en la Argentina fue Córdoba, que es donde también los jesuitas, trajeron una desde Europa en 1764, solo 4 años antes de su expulsión.
MisionesHistoria solicitó y obtuvo el permiso para difundir un erudito trabajo, que aunque para nuestros lectores quizás resulte un tanto técnico, será en igual medida enriquecedor. Se trata de Análisis formal y síntesis del contenido de la “Explicación de el Catechismo en lengua guaraní” por Nicolás Yapuguay, impreso en Santa María La Mayor en 1724 de la lic. Ruth Poujade y la prof Norma Wionczak, quienes presentaron esta ponencia en el "I Encuentro Nacional de Instituciones con Fondos Antiguos y Raros", en el año 2011, en la Biblioteca Nacional en Buenos Aires.
Análisis formal y síntesis del contenido de la “Explicación de el Catechismo en lengua guaraní” por Nicolás Yapuguay, impreso en Santa María La Mayor en 1724
por Ruth Poujade y Norma Wionczak
1. Introducción
El proceso socio-cultural y económico denominado Sistema Jesuítico – Guaraní, desarrollado en el área rioplatense entre 1610 y 1767/68 (momento en que los jesuitas fueron extrañados de España y de todas sus colonias), produjo una trasnsculturación diferente a la impuesta por España y por Portugal, basada en una evangelización integral que no solo contemplaba los aspectos materiales e inmateriales.
Dicho sistema, reunió a los guaraníes en pueblos que los mismos jesuitas denominaron Reducciones; se trataba de núcleos urbanos planificados apoyados en estancias, plantaciones y artesanatos, que a nuestro entender tuvo su cenit en la etapa proto-industrial de la América del Sur, conquistada por españoles.
Cada uno de los núcleos urbanos (sustitutos de las aldeas guaraníes, tenía actividades específicas que permitían su complementariedad; por ejemplo en la Cuenca del Paraná, San Ignacio Miní era un centro de desarrollo de las artes plásticas, Santa Ana un espacio vinculado principalmente al desarrollo agropecuario, Nuestra Señora de Loreto un centro de espiritualidad vinculado a la Virgen De Loreto y además en ella funcionó la primera imprenta de América meridional, que fue móvil.
En ella , según numerosos historiadores entre los que se encuentran los Doctores Ernesto Maeder, Rafael Carbonell De Masy y Guillermo Furlong, S.J., se publicaron libros en latín, en español y en guaraní destinados principalmente a la evangelización, también calendarios, libros de astronomía, obras clásicas, etc.; se infiere que el material escrito estaba dirigido a suplantar de manera total el ser guaraní (religión, organización socio – cultural y económica),etc.
Esta investigación da a conocer la estructura y sucintamente el contenido del Catecismo escrito en lengua guaraní por el afamado grabador de las Misiones Nicolás Yapuguay, bajo la dirección del Padre Restivo.
El ejemplar estudiado, fue adquirido por el Gobierno de Misiones R.A., al hijo del bibliófilo Dr. Decú y, actualmente está atesorado en la Dirección de Patrimonio Histórico y Cultural dependiente dela Dirección General de Patrimonio y Museos de la Subsecretaría De Cultura de Misiones.
2. Historia de la imprenta en las misiones jesuíticas
Debido a las promesas nunca cumplidas de envió de una imprenta desde España, los jesuitas conocedores de los rudimentos básicos de las máquinas de imprimir, la armaron con materiales de la zona; por lo tanto los libros publicados en las reducciones tienen la categoría y el privilegio de ser los primeros incunables [1] de la historia argentina. La tipografía era realizada por los indios guaraníes guiados por los jesuitas, tanto en madera como en metal.
La primera imprenta del Río de la Plata funcionó en las Misiones implantadas por los jesuitas en la Paracuaria; hay diferentes opiniones respecto al momento de su nacimiento, según algunos investigadores se remonta a 1695 y según otros a 1700. En la Reducciónde Nuestra Señora de Loreto se editaban libros, sesenta y cinco años antes que en Córdoba y ochenta y cinco antes que en Buenos Aires, se trataba de una imprenta móvil o prensa rotativa [2], hecho que respetaba la Licencia concedida por el Rey de España, que otorgó a la Compañía permiso para el funcionamiento de una imprenta. Llegan a nuestros días ejemplares procedentes de Nuestra Señora de Loreto, San Francisco Javier y Santa Maria la Mayor; cada pueblo tenía sus propios tipos o colecciones de caracteres tipográficos.
Cuando la noticia de los libros impresos en lengua guaraní llegó a la metrópolis, desde ella se ordenó rápidamente su clausura, con el considerando “que lo correcto era inculcar a los indígenas la lengua castellana en lugar de fortalecer la nativa” [3].
En el momento de la expulsión, (decretada en 1767 pero materializada en 1768), había en las reducciones 22 ejemplares de la “Explicación de el Catechismo en lengua guaraní” [4].
En 1771, luego de la expulsión de los jesuitas, son inventariados un total de 10.700 (Inventario de Brabo). Cerca de un centenar de ejemplares estaban impresos en las Misiones, lo cual demuestra la o extrema escasez de libros.
El Padre Furlong S.J. hasta 1953, había rastreado y detectado 54 ejemplares en todo el mundo (muchos de ellos incompletos, restaurados o manuscritos).
De los 23 incunables que nombra Furlong en su “Historia y bibliografía de las primeras imprentas rioplatenses” [5], uno no puede aseverarse que haya sido impreso en las misiones los 22 restantes, se relacionan con 9 títulos:
- Martirologio romano.
- Garriga: “Instrucción Practica para Ordenar Santamentela Vida”.
- J. de Palos y J. de Antequera y Castro: “Carta de Antequera”.
- Restivo: “Manuale ad usum Patrum”.
- Ruiz de Montoya: “Vocabulario de la lengua guaraní”.
- Ruiz de Montoya: “Arte de la lengua guaraní”.
- Yapuguay: “Explicación de el catechismo”.
- Yapuguay: “Sermones y exemplos”.
- Nieremberg: “De la diferencia entre lo temporal y eterno”.
Los libros descubiertos en el siglo XX fueron muy pocos: el de Garriga, encontrado en Chile; el de Nieremberg, propiedad de un coleccionista de Buenos Aires; el de N. Yapuguay “Sermones y exemplos”, (encontrado en Cochabamba), accesible a partir de la digitalización que realizó Google; el de Restivo descubierto recientemente por Lucio F. Aquilanti y el de… “Martirologio Romano” del cual en el año 2002 se halló por casualidad un fragmento en una vitrina de la Misión de Chiquitos, Bolivia.
3. Historia de la reducción Santa María la Mayor
No se hace la reseña histórica de las Misiones que los jesuitas fundaron entre los guaraníes por ser un tema que excede ampliamente los objetivos de este trabajo, sin embargo se presenta una breve síntesis referida a la Reducción Santa Maríala Mayor, por tratarse del sitio donde nació e hizo gran parte de su obra el grabador y docente Nicolás Yapuguay.
Santa María la Mayor fue fundada en el Guayrá, por los jesuitas Diego Boroa y Claudio Ruyer en 1626, afines del siglo XVII como otras reducciones del mismo orígen, emigró de la zona, como consecuencia de la invasión de las Bandeiras [6] paulistas. En 1633 se reasentó en las inmediaciones de la reducción de Santos Mártires del Japón hasta que se identificaran terrenos aptos y convenientes para su instalación definitiva, que se efectivizó en una zona elevada, a la vera del arroyo Santa María cerca de la ribera derecha del Río Uruguay. En 1690, la población de Santa María era de 5.500 habitantes.
En ese espacio, se instaló y funcionó la imprenta entre los años 1722 y 1724, y se editaron dos libros del P. Antonio Ruiz de Montoya: Arte de la Lengua Guaraní y Vocabulario de la Lengua Guaraní, y la obra objeto de este análisis.
La expulsión de los jesuitas materializada en 1768 cerró el rico capítulo de la imprenta en las reducciones. En 1817 durante las invasiones portuguesas al mando del Brigadier Chagas fue atacada, saqueada, destruida e incendiada, episodio luego del cual no volvió a renacer.
4. Historia de Nicolás Yapuguay
Nicolás Yapuguay, nació en Santa María (hoy Misiones, Argentina) en el año 1680. Cacique de la misión de Santa María. Fue un notable erudito guaraní, grabador, tipógrafo, escritor y prestigioso orador. Fue “el literato de mayor producción en lengua guaraní” [7]. Conocía el latín, el guaraní y el castellano a la perfección. Enseñó guaraní a los padres jesuitas y diseñó las famosas Tablas de Parentesco o consanguinidad de algunas parcialidades guaraníes, hecho que le otorga el rango de primer antropólogo social del Río de la Plata y posiblemente de Sudamérica. Un historiador paraguayo lo considera “la más lúcida expresión de la inteligencia guaraní” [8].
Es autor de los siguientes libros: Sermones y Exemplos en lengua guaraní, Explicación de el Catechismo en lengua guaraní y colaboró como ilustrador (grabador) en el Arte de la Lengua guaraní del padre Antonio Ruiz de Montoya.
Fue la mano derecha del Padre Paulo Restivo (gran filólogo de las misiones), llegó a hablar con fluidez el guaraní, y junto al padre Antonio Ruiz de Montoya dio forma a la gramática así como a nuevos signos fonéticos para llevar esta lengua a la escritura por primera vez. El padre Restivo dice de Nicolás: “Muy conocida y superior a lo que puede caber en un indio es la capacidad de ese Nicolás Yapuguay, cacique y músico de Santa María, y con razón muy alabada de todos su composición, por la propiedad, claridad y elegancia con que felizmente se explica, aun en cosas tocantes a Dios… Yo no hice más que darle la materia… [9]”. El padre Restivo siempre estuvo acompañado por su amigo Nicolás Yapuguay y juntos enseñaban el idioma guaraní a los jesuitas y la escritura a los guaraníes, pues pensaba que esa era la mejor herramienta para llevar a cabo la transculturación.
Hubo otros indios escritores en las misiones como Melchor, en Corpus Christi y Vásquez en Loreto pero ninguno se destacó como Yapuguay.
5. Presencia del libro en la Provincia de Misiones
El ejemplar fue encontrado en Santa Cruz dela Sierra(Bolivia) y el Dr. Decú lo mandó restaurar en Alemania. En 1978 fue adquirido por el Gobierno de Misiones al hijo del bibliófilo de referencia, por gestión de la entonces Directora de Conservación y Estudios Culturales, dependiente dela Dirección Gereral de Cultura, Repartición de la Subsecretaría de Educación, Prof. Ida Fanny Simblina Étori de Contristano. Actualmente está atesorado por la Dirección de Patrimonio Histórico y Cultural dependiente dela Dirección General de Patrimonio y Museos de la Subsecretaría de Cultura.
6. Sistema de análisis utilizado:
En toda Unidad de Información, Biblioteca, Museo o Archivo el material bibliográfico allí existente debe ser sometido a un análisis documental, de manera tal que la información contenida en los documentos sea de fácil acceso a los usuarios y exista realmente una transferencia de la información. Según la bibliotecóloga Virginia Fox el análisis documental es “todo reconocimiento y estudio que se hace de un documento”[10]. El estudio comprende dos fases: análisis formal y de contenido. “El análisis formal o descripción de la forma es aquél que recoge todos los elementos objetivos del documento”, nos dice Fox, corresponde a la descripción externa. Comprende el estudio del tipo de documento, el autor, título, editorial, número de edición, lugar y fecha de edición, número de páginas o volúmenes, las ilustraciones y dimensiones, el idioma original y otras particularidades.
En cambio “el análisis del contenido es aquella operación intelectual del profesional según la cual se determina el significado general del documento y se identifican los elementos que interesan al proceso de recuperación”[11], es decir que corresponde a la descripción interna de la obra.
En suma, el análisis formal se ocupa de la descripción externa de los documentos, y de los datos singulares que lo distinguen de los demás y sirven de envoltorio al mensaje, en tanto que el análisis de contenido se ocupa del mensaje identificándolo e informando sobre él.
6.1. Análisis de la morfología de la obra:
El texto que se analiza tiene 287 años, se trata de un incunable rioplatense realizado íntegramente en una de las Misiones Jesuiticas de Guaraníes. Debido a su antigüedad, unicidad, y valor histórico entra dentro de la categoría de libro raro [12].
Los documentos estudiados son dos libros [13]y un folleto encuadernados en un solo volumen. El primer libro da a conocer los misterios de la Fe (págs.5 a 152), el segundo trata de los Sacramentos, virtudes teologales, bienaventuranzas, etc. (págs. 1-228) y el folleto (sin foliar), ubicado entre los dos libros, es un sermón sobrela Pasión de Cristo.
La obra bajo estudio presenta los siguientes rasgos producto de su deterioro: faltan páginas, portada, tapa y lomo original; el primer libro carece de 24 páginas, al segundo le faltan las últimas 43 (desde la 185 ala 228) y el folleto intermedio no está paginado sin embargo se contabilizan 22. Los dos libros y el folleto están encuadernados en un solo volumen, cada uno está bien identificado por cuanto corrientemente se destacan los títulos generales con letra mayúscula de mayor porte y con una nueva paginación. La letra capital simple está presente en el comienzo de cada libro, del folleto y de cada subtítulo.
La cubierta inicial no se ha conservado, la tapa está vinculada al re-encuadernado en cuero del siglo XX. El lomo (también reencuadernado) es de cuero con cuatro nervios que sirven para reforzar el cuerpo del libro, el capitel está elaborado con hilos de seda. Las hojas de papel (del siglo XVIII) fueron traídas de Europa, están cosidas en cuadernillos con hilo de seda. El papel “es áspero, medianamente fuerte y análogo al usado en los libros españoles de fines del siglo XVIII”[14], sus bordes fueron reconstruidos en Alemania. No posee portada debido al deterioro del libro.
Luego del extrañamiento de la Compañía los libros que formaban parte de las bibliotecas de los pueblos se fueron deteriorando como consecuencia del clima subtropical, y de la desidia de las autoridades coloniales, a posteriori por los problemas fronterizos de las naciones en formación y por el uso indiscriminado de las hojas de papel con distintos fines, por ejemplo: elaboración de cigarros, fogatas, etc.
No se ha conservado la portada, las páginas preliminares (prefacio, introducción), las dedicatorias, licencias, oraciones, dogmas, viñeta principal y Ex libris.
La tipología de letra usada es la romana.
La única viñeta conservada - ubicada al final del libro primero-, por sus finos y delicados rasgos aparentemente fue realizada con taco metálico y tiene 5,5 x 3,5 cm., representa un canastillo con flores de la región, que incluyen entre otras la flor cuyo nombre vulgar se denomina pasionaria.
El formato del libro es de 13 cm de ancho x 19,5 cm. de largo y 2,5 cm de espesor. Los párrafos poseen una sangría de 2 cm.
Según Guillermo Furlong, S.J., se trata del mejor libro escrito en lengua guaraní, se puede comparar con el libro del P. Montoya “Arte y vocabulario de la lengua guaraní” y es superado ampliamente; en cuanto a la confección y la tipografía de sus caracteres como también por los grabados que contiene, se asemeja al libro “De la diferencia entre lo temporal y eterno” del padre Nieremberg.
6.2. Análisis sintético de contenido
De la estructura del libro se deduce que estamos frente a lo que en Bibliotecología se conoce como Tratado, enmarcado dentro de las obras de referencia.
Según la bibliotecóloga Susana Romanos de Tiratel, “Las obras de referencia son fuentes secundarias que reelaboran, sintetizan y reordenan la información de las fuentes primarias”[15]. Bajo esta denominación, se agrupan materiales de muy diversa índole, cuya finalidad es colocar al usuario en relación con informaciones puntuales de diverso tipo, de forma rápida y efectiva. A estas obras se recurre para localizar definiciones de términos, significados de siglas, datos geográficos, biográficos, la dirección de una institución, información bibliográfica que permita localizar un documento, etc.
El tratado proporciona informaciones útiles para las personas que quieran un dominio rápido sobre determinado tema, expone las nociones esenciales de un tema o disciplina científica. “Por su propia naturaleza, el tratado reproduce las doctrinas y opiniones dominantes sobre la disciplina que estudia, pero es, al propio tiempo, obra de análisis constructivo, examen y crítica. Presenta la totalidad del saber en el dominio que abarca, con todo orden y rigor; en muchas ramas es sólo accesible al lector especializado”[16].
En efecto, la obra es una exposición orgánica y sintética de los contenidos esenciales y fundamentales de la doctrina cristiana católica tanto sobre la fe como sobre la moral.
Desde el punto de vista intrínseco de su contenido se trata de un catecismo en dos tomos que incluye un sermón (folleto) el cual aparentemente hace a su esencia.
La Real Academia Española denomina Catecismo al: “Libro de instrucción elemental que contiene la doctrina cristiana, escrito con frecuencia en forma de preguntas y respuestas”[17].
El Catecismo en la historia de la Iglesia, entre los siglos XVII al XX, es denominado libro-institución, pues como la enseñanza está institucionalizada se hace necesario contar con un texto escrito que sirva de soporte y ayude a memorizar las lecciones dogmáticas. “En este período el contenido de los catecismos sigue cercano a la teología apologética y está lejano de las fuentes vivas de la Sagrada Escritura y de la liturgia: su lenguaje es abstracto; el método con que son utilizados es deductivo y la pedagogía magisterial y depositaria”[18].
El catecismo-libro continuará siendo el centro del catecismo-institución, como organización eclesial destinada a los niños y también a los jóvenes, para proporcionarles la enseñanza cristiana fundamental. Y así continuará hasta el siglo XX.
Cada capítulo del libro primero habla de los misterios de la fe: el credo, los atributos divinos, los ángeles, el espíritu santo, la crucifixión, la muerte, la sepultura de Jesús, el purgatorio, el infierno, el pecado mortal, etc. Y cada capítulo contiene un apartado dedicado al ejemplo concreto de esa doctrina, para su mejor entendimiento por los indios guaraníes, ya que la teología cristiana es de difícil comprensión para los mismos cristianos occidentales.
El segundo libro es continuación del primero debido a la presencia del epígrafe que dice: “Tratado Segundo” y la estructura del texto es análoga al primer libro, descripción de la Doctrina o Lección continuada de la ejemplificación del mismo. En ella se detallan los siete Sacramentos, los dogmas, los preceptos de la Iglesia, los mandamientos, y las expresiones del culto. En total son cuatro Tratados.
Entre los dos libros está ubicado un sermón que contiene la historia de la pasión de Cristo, el título es: “En gracia de algunos que lo han pedido viene aquí toda la historia de la Pasión en forma de Sermón. Passio Domini Nostri Jesu Christi”.
El idioma predominante del texto está en guaraní antiguo, existen subtítulos en castellano antiguo y otros en latín; la tabla de consanguinidad, está a dos columnas, una en guaraní y la otra en castellano.
Durante la etapa jesuítica prevaleció la producción de textos en lengua guaraní, tanto para el estudio de la lingüística por parte de los jesuitas, como para fomentar la escritura de clase aristocrática indígena. “Otro tipo de literatura que se escribió en guaraní en esta época fueron los escritos de carácter religioso, fundamentalmente catecismo y sermonario. Es esta una literatura básicamente de traducción, que recogía, por tanto, la tradición occidental en cuanto a tendencias y formas, por lo que se habla de literatura escrita en guaraní y no de literatura guaraní”[19]. Los escritores indígenas adaptaron la tradición cristiana a la vida guaraní.
Graciela Chamorro refuerza este pensamiento afirmando que: “…El sermonario del indio Nicolás Yapuguay corrobora la idea de que las reducciones no fueron cunas del arte de la palabra entre los guaraní, por lo menos como lo conocemos hoy, sino lugares donde lo cristiano encubrió lo indígena”[20].
7. Comentarios y observaciones:
Se ha trabajado sobre el libro real, -el libro que pudo rescatarse y que llegó a nuestros días y que constituye un tesoro para nuestra Provincia- pues hay muchas discordancias con lo que fue el libro original, algunos bibliógrafos como Guillermo Furlong (Historia de la Bibliografía en América) dice que se trata de tres libros independientes, pero que son del mismo autor (Yapuguay): 1)Explicación de el Catechismo en lengua guaraní; 2) En gracia de algunos que lo han pedido va aquí toda la historia de la Pasión en forma de sermón; y 3) Tratado Segundo.
Otro bibliógrafo muy famoso que estudió la bibliografía en lengua guaraní en los primeros años del siglo XX, fue J.T. Medina, nos dice que se trataba de cinco libros escritos por Yapuguay, en esa misma fecha (1724) y que forman parte de un solo volumen: 1)Explicación de el Catechismo en lengua guaraní; 2) En gracia de algunos que lo han pedido va aquí toda la historia de la Pasión en forma de sermón; 3) Tratado Segundo; 4) Cathecismo que el Concilio Limense mandó se hiciese para los Niños explicado en lengua Guaraní por los primeros padres; y 5) Breve Explicación de los artículos más principales del Catecismo Limense. “Es de advertir, antes de dar remate a este número, que el Catecismo limense, que forma parte de la obra [el subrayado es nuestro], según expresamente se indica en la Prefación al lector, suele verse en volumen por separado (el subrayado es nuestro), y que el P. Uriarte lo atribuye al P. Ruiz de Montoya en su versión al guaraní”[21], pero los dos últimos libros (el 4 y el 5) son una traducción al guaraní del Catecismo de Fray Luis Bolaños, perteneciente a la congregación franciscana.
Debido a la estructura del catecismo, a la sistematización de su contenido (medianamente ordenado), en el cual se repiten los dogmas o enseñanzas de la iglesia, llegamos a la conclusión que se trata de tres documentos (2 libros y un folleto), aunque el primero y el tercero guardan correlación por presentar en sus subtítulos la palabra “Tratado” (aparentemente son cinco tratados), y que fueron encuadernados en forma conjunta. El folleto es una incógnita para nosotros, no sabemos por qué razón se encuentra en el medio de los Tratados, tal vez se trata de un Apéndice, o tal vez los jesuitas no lo querían imprimir por separado para que no se pierda y lo incluyeron dentro de esta obra. Esta forma de ordenar los textos es una incógnita y será objeto de futuras investigaciones.
Según Medina el libro completo contenía la siguiente descripción:
“4º, de 13 por 19 cents. – Port. – v. en bl. – Aprobación del ordinario, dada en Buenos Aires a 19 de abril de 1722, y licencia del Provincial P. Ludovico Roca, datada en Córdoba, en 25 de noviembre de 1722, 1 p. s.f. – Prefación al lector, 1 p. s.f. – Rezo que compuso el P. franciscano Fr. Luis Bolaños y mandado por la sinodal de este obispado del Paraguay: pp. 1-4. – Padre-nuestro. – Avemaría. – Credo. – Mandamientos de la ley de Dios. – Id. De la Iglesia.– Sacramentos. – Actos de contricción. – Otro acto de contricción del autor. – El Alabado. (Al pie de la página 4 una viñeta grabada en cobre que representa a un angelito alado). – Pp. 5-152, con letra inicial de adorno…”[22].
Notas
1 Son llamados incunables (del latín incunabulae, en la cuna) los libros impresos con tipos móviles desde la aparición de la imprenta hasta el año 1500 inclusive (Wikipedia). En América del Sur la imprenta apareció en el año 1700, por lo tanto los libros impresos durante ese periodo histórico y hasta la aparición de la imprenta moderna, se consideran incunables.
2 Aquilanti, Lucio, El renacer de la imprenta en las misiones guaraníes, En: www.t-convoca.com.ar/pdf/aquilanti.pdf (Consultado el 25/03/2011)
3 Verón, Luis y Biederman, E, Las Tintas del Tintero: reseña y anecdotario de la prensa escrita en el Paraguay, Asunción, CERNECO, 2011.
4 Furlong, Guillermo, Historia y bibliografía de las primeras imprentas rioplatenses: 1700-1850, Buenos Aires, Guarania, 1953, p. 401.
5 Ibidem, p. 88.
6 Bandeiras paulistas: Grupos armados procedentes de San Pablo (Brasil) que recorrían la floresta tropical y neo – tropical en busca de esclavos.
7 Bartomeu, Melia, La lengua guaraní del Paraguay: historia, sociedad y literatura, s.l., Editorial MAPFRE, 1992 – p. 149
8 Cardozo, Efraim, Apuntes de historia cultural del Paraguay, Servilibro, 2007 – p. 124
9 Introducción al libro de Nicolás Yapuguay, Sermones y exemplos, Buenos Aires, Guarania, 1953.
10 Fox, Virginia, Análisis documental de contenido, Buenos Aires, Alfagrama, 2005, p. 22.
11 Idem. p. 23.
12 “Libro raro: es el libro escaso o poco común, ya sea por tratarse de una edición reducida, ya sea por la antigüedad más o menos remota de su aparición, ya por virtud de alguna causa de valor circunstancial (censura, voluntad del autor, incendio, etc.), que ha motivado la eliminación repentina y casi total de la obra del comercio” . (Buonocore, Domingo, Diccionario de bibliotecología, Buenos Aires, Marymar, 1976, p. 286).
13 Según la definición que propone el bibliotecólogo argentino Domingo Buonocore “debe reputarse como libro una publicación impresa no periódica que consta como mínimo de 49 páginas, sin contar las de cubierta. Por exclusión, folleto es el impreso no periódico que consta de 5 a 48 páginas, sin las de cubierta”. (Buonocore, Domingo, Diccionario de Bibliotecología, Buenos Aires, Marymar, 1976, p. 281-282).
14 Furlong, Guillermo, Arte tipográfico en América, Buenos Aires, Huarpes, 1947, p. 51.
15 Romanos de Tiratel , Susana, Guía de fuentes de información especializada; humanidades y ciencias sociales, Buenos Aires, EB, 1996, p. 16.
16 Buonocore, Domingo, Diccionario de bibliotecología, Buenos Aires, Marymar, 1976, p. 414.
17 http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&;LEMA=catecis mo (Consultado el 24/03/2011)
18 Matos Holgado, Manuel y Pedrosa Arés, Vicente, Catecismos y catecismo. En: http://www.mercaba.org/Catequetica/C/catecismos_y_catecismo.htm. (Consultado el 24/03/2011)
19 Palacios Alcaine, Azucena. Introducción a la lengua y cultura guaraníes, Valencia, Univesitát de Valencia, 1999. P. 89
20 Chamorro, Graciela, Teología guaraní, Editorial Abya Yala, 2004. P. 62.
21 Medina, J. T. , Bibliografía de la lengua guaraní, Buenos Aires, Peuser, 1930, p. 49.
22 Ibidem, p. 43-44.