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La Estancia Grande de Itapúa

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miembros de la liga patriotica

La Liga Patriótica Argentina fue una organización ultranacionalista, reaccionaria y xenófoba, fundada en enero de 1919, en circunstancias de los desenlaces de la huelga de los obreros metalúrgicos de la empresa Vasena en la ciudad de Buenos Aires, conocida en la historia argentina como la Semana Trágica. Tenía como objetivo atacar a la clase obrera, porque entendía que allí estaba el foco del peligro de la revolución bolchevique. Pero de la ideología se pasó directamente al racismo, dirigiendo sus embestidas sobre las comunidades judías, ya que muchos de ellos llegaban con pasaporte ruso.

De fuerte impronta ultranacionalista, entre sus promotores estuvieron el almirante Domecq García, el sacerdote monseñor Miguel de Andrea, el naturalista perito Francisco Moreno y otros personajes conocidos de esa época, asociados a los sectores de elite tradicionales de Argentina. Su presidente, el radical y diputado nacional Manuel Carlés, sentía gran desprecio por las ideologías proletarias y un profundo odio por los militantes anarquistas, socialistas y comunistas, a quienes no consideraba como legítimos obreros, sino como a peligrosos agitadores antiargentinos.

Bajo una estructura militar, la Liga maniobró con el amparo de la policía, las fuerzas armadas y los gobiernos de la UCR de turno, sobre todo el de Hipólito Yrigoyen (1916-1922). Fue apoyada y financiada por la Asociación Nacional del Trabajo, una entidad patronal presidida por el terrateniente Joaquín S. de Anchorena. Sus miembros directivos pertenecían a los grupos concentrados del poder político y económico, destacándose entre sus seguidores más activos, grupos juveniles pertenecientes a las familias de militares, políticos, la Iglesia y la aristocracia nacional. Más abajo en la escala social, operaban al amparo de estos líderes, grupos de trabajadores o mano de obra desocupada conocidos como rompehuelgas -crumiros o carneros en la jerga obrera-; hombres pagos y muchas veces armados ocupados en restarle poder e influencia a las organizaciones sindicales, atacando militantes y atentando contra las sedes gremiales, provocando el enfrentamiento de trabajadores unos contra otros.

Esta asociación parapolicial y violenta sembró el terror en diversos puntos del país. Sus precursores estuvieron presentes en los hechos de la Semana Trágica, pero sobre todo, la Liga ya constituida, actuó con fuerza en la represión contra los huelguistas de la Patagonia y La Forestal (Santa Fe), en el periodo conocido como Trienio en rojo y negro. También durante la gran protesta de los obreros marítimos de la FOM contra la poderosa compañía naviera Mihanovich, entre 1920 y 1921, y que derivó en una huelga general en todo el país.

En el litoral, la vemos actuando en la provincia de Entre Ríos y en el Territorio Nacional de Misiones, cuando se desarrollan las huelgas yerbateras de San Ignacio y los conflictos marítimos en Posadas.

La Brigada Local de San Ignacio y su sindicato propatronal “Liga Palacios”

Los hermanos Palacios
Los hermanos Palacios, administradores de La María Antonia. De izq. a der.: Andrés -presidente de la Brigada Local de la Liga Patriótica-, Jesús -principal enemigo de los obreros yerbateros federados liderados por el paraguayo Eusebio Mañasco- y Juan Pablo Palacios en su estancia de San Ignacio. Fuente: Larguía, Alejandro, Misiones- Itapuá y los pioneros del oro verde, Corregidor, 2006

En Misiones, la Liga Patriótica Argentina hizo su aparición durante las huelgas yerbateras de San Ignacio, cuando sectores reaccionarios representados por los hermanos Palacios, administradores de la empresa plantadora de yerba mate La María Antonia, respondieron a las acciones del Sindicato de Obreros Yerbateros creando la Brigada Local en noviembre de 1920. Su presidente fue Andrés Palacios y también funcionó un gremio propatronal para restarle fuerza a la federación obrera manejado por su hermano, Jesús Palacios.

Entre sus primeras acciones, el 1° de enero de 1921, la Liga Patriótica de San Ignacio organizó una gran fiesta de año nuevo. “El primero de año hicieron fiesta, hubo asado y alcoholes en abundancia y luego vivas a la patria, a la liga, a los señores Palacios, Martín y Cía., y La Plantadora de yerba mate. ¿Y cómo no? -ironizaba el corresponsal obrero y huelguista- Si les habían dado una comilona y bebida hasta el punto de poder hablar guaraní un turco recién llegado.”[1] Con este acto de demagogia, los Palacios buscaban ganarse la gracia de personas que pudieran manipular, usándolos contra los obreros federados en huelga, liderados por Eusebio Mañasco, secretario del sindicato y líder de los huelguistas.

En 1921, en plena huelga yerbatera, la cosecha en La María Antonia fue fenomenal. Para festejar, sus administradores dieron el tradicional festejo, pero debido al éxito de la zafra, buscaron hacerla aún más ostentosa. Se organizó un gran asado para todo el personal; se carnearon doce novillos y se repartieron gratificaciones en efectivo entre los obreros y empleados jerarquizados. La mesa de los patrones fue instalada en el propio portal de la iglesia. Alfonso García, un amigo de Horacio Quiroga, fue testigo presencial de una de estas fiestas en 1921, donde “se sirvió asado regado con vino y caña paraguaya (...) los peones dejaban escapar su entusiasmo con gritos de ¡Viva La María Antonia! Viva la Liga Patronal!”[2] García, que fue invitado por el propio escritor, también hablaba del gremio de carneros manejado por don Jesús: “en San Ignacio se había formado una “Liga Patronal Obrera” presidida por Jesús Palacios. Los obreros afiliados a esta liga eran los más festivos en este almuerzo...” [3]

Esta “Liga Patronal Obrera” o “Liga Palacios”, funcionó como un sindicato paralelo propatronal, que no era otra cosa que una especie de brazo gremial que la brigada local buscaba imponer. Jesús Palacios era el principal enemigo político de Mañasco pues lideraba una Liga Patronal también llamada “Liga Palacios”, organizada como un gremio para restarle prosélitos a la Federación Obrera. Peones actuando como rompehuelgas fueron usados para eliminar a los huelguistas al amparo de la policía local:

“La “liga patriótica”, en sus avances contra el Sindicato, no conforme con engañar a los pobres diablos que la secundan, procura ahora, en complicidad con los patrones y la policía, atacar a indefensos padres de familia, por el enorme delito de no dejarse embaucar por ella. Como una muestra del poder que la liga tiene sobre la policía, citaremos el siguiente hecho: El día 15 del corriente -enero de 1921- en el establecimiento Palacios, en el lugar denominado Villanueva, se trabaron en pelea varios crumiros que allí trabajan resultando muerto de cuatro puñaladas un tal Castillo, y heridos levemente otros. La policía se concretó a hacerse cargo de los heridos, dejando en libertad a todos ellos, ya que todos pertenecen a la “liga” y además por no molestar al señor Palacios, gran patriota “liguero”. En cambio, hace poco, a un obrero federado que le dio unas cuantas bofetadas a un vulgar carnero, le aplicaron muy frescos la ley social, para tranquilidad de la sociedad y el “orden” establecido.”[4]

Cuando se inicia la gran huelga en octubre de 1920 y que termina con el encarcelamiento de Mañasco al año siguiente, los patrones yerbateros presionaron obligando a sus trabajadores a unirse a la Liga; incluso buscaron imponérselo al sindicato yerbatero, del cual debían desafiliarse. La brigada nacionalista, como era de esperar, también se dedicó a auspiciar y organizar festejos patrios en el pueblo, como el del 25 de Mayo, en 1921. A los seis meses de conflicto, los huelguistas continuaban denunciando que los carneros rompehuelgas proporcionados por la brigada patriótica local, seguían operando en la localidad a favor de los intereses de los plantadores.

La Liga Patriótica de San Ignacio tomó como estandarte la muerte del colono danés e inventor de máquinas secadoras, Allan Stevenson, por el cual fueron condenados a prisión cuatro miembros del sindicato, uno de ellos el propio secretario Eusebio Mañasco. Antes de que la justicia del territorio se expidiera, la organización aseguraba que el incidente había sido obra del sindicato yerbatero, usando como sicarios a miembros suyos mandados por su secretario. Los patrioteros liguistas describían a Stevenson como un vecino progresista y un industrial laborioso, quien había sido “víctima inocente del terrorismo exótico traido a esta región por elementos anárquicos y disolventes”.[5] El 29 de noviembre de 1921, organizó la manifestación de protesta contra la muerte de Stevenson, encabezada por banderas argentinas y aplaudiendo al juez Floricel Pérez, que llevó adelante la causa..

Los liguistas “patriotas” de Posadas

La Liga Patriótica Argentina también funcionó en la capital de Misiones. El 9 de junio de 1921 fue fundada la brigada de Posadas, cuya función entre otras cosas, fue secundar las actividades de la sección de San Ignacio y focalizar su acción en la actividad marítima. Entre sus promotores estuvo el subprefecto del puerto de la ciudad Julio Benavides. Hasta la propia asociación de futbol local declaró públicamente su adhesión a la Liga, incluso invitaba a sus asociados para que se inscribiesen en ella.

Los liguistas patrioteros posadeños lograron constituir un frente para contrarrestar la influencia de los trabajadores marítimos locales. Consiguieron disolver el centro de reclutamiento de mano de obra en manos de la sección local de la Federación Obrera Marítima, y en muchas ocasiones alcanzaron reemplazar personal de las embarcaciones con trabajadores provistos por la propia Liga, desplazando de los puestos vacantes de los barcos a los obreros federados. Entre sus presidentes estuvieron Wenceslao Segovia y L. Arrechea. También fue su secretario, Aníbal Cambas, y existieron sub brigadas en las localidades de Garupá y Candelaria.

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[1] La Organización Obrera, 16-04-1921

[2] LARGUÍA, Alejandro, Misiones- Itapuá y los pioneros del oro verde, Corregidor, 2006, p.183

[3] Idem, p.192

[4] La Organización Obrera, 29-01-1921

[5] La Tarde, 22-11-1921

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