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Miradas sobre la fundación de la Reducción de Corpus Christi

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corpus en gambonUna mirada del proceso fundacional de esta reducción del prestigioso investigador Guillermo Furlong sostiene que la misma se dió con motivo de las primeras incursiones de bandeirantes paulistas en la región del guairá la muy joven reducción de la Natividad de la Virgen se vió diezmada y sus habitantes que sobrevivieron libres se vieron de repente dispersados huyendo por el Iguazú y el Paraná. Los P. Diego de Boroa y Pedro Romero, los habían reagrupado y en 1622 y fundan Corpus Christi con principalmente estos neófitos el lugar de este primer asentamiento “en el río Iniambey o Imambey” (Susnik, 1980, p. 161) en la margen derecha del alto Paraná. 

Por otra parte uno de los primeros historiadores de las misiones el P Nicolás del Techo, quien desde 1640 vivió en Encarnación y tuvo contacto directo con originarios que vivieron las décadas fundacionales, las migraciones y las invasiones paulistas; recopila testimonios sobre la fundación de Corpus y describe es suceso contextualizando en otras circunstancias:

Con más felicidad iban las cosas del Paraná, aún en medio de la peste, [...] se fundó en aquel país otra población. Los inianis vivían esparcidos quince leguas más arriba de [Encarnación de] Itapúa, y por muchos años habían desoído las amonestaciones de los Padres Roque González y Diego Boroa, para que se establecieran en Itapúa, porque amaban sobremanera a su patria y por su espíritu incivil. La peste ablandó su terquedad, y espontáneamente pidieron sacerdotes. Marcharon á su país los PP. Romero y Boroa, hallando los ánimos bien preparados. Muy pocos se opusieron a la fundación de un pueblo en las márgenes del Inia, tributario del Paraná; le dieron el nombre de Corpus Christi [...] Pasado medio mes regresó el P. Boroa, y el P. Romero quedó entre los inianis; gracias á su laboriosidad, pudo atender a todo, como era bautizar los niños, educar los muchachos, doctrinar los adultos, descubrir y combatir las supercherías de los adivinos, visitar los enfermos, llevar a la vida los preceptos del cristianismo, orar prolijamente de noche y proseguir las construcciones; comía poco, sudaba mucho y daba cuanto poseía. Afirmada ya la reciente fundación, hizo el P. Romero varias expediciones y trajo muchos indios a Corpus Christi. Iba por pantanos, sitios espinosos, bosques espesos, celoso de la salvación de las almas. Llevado en hombros, á través de tierras inundadas, al Tibiapo y al Pirapo, afluyentes del Caapibari, bautizó muchas personas. Tan grande fue su actividad, que en brevísimo tiempo llevó a Corpus Christi cuatrocientas familias. En este pueblo he residido yo un año, y puedo afirmar que cuenta con más de cinco mil habitantes.

DEL TECHO, TOMO III PP. 99-100

No sería raro que ambos tuviesen razón pues con la invasión paulista al Guairá muchos indios huyeron y buscaron refugio en reducciones aguas abajo y Corpus misma se reubica refundando quizás con nuevos habitantes sumados a los ya reducidos que denominaban Iñiais, pues vivían en la zona del Hygaña/Ygañá o Y-aña quienes fueron la comunidad que originalmente conformó Corpus, como concuerdan Furlong y Del Techo.

 

Sin duda la fundación de Corpus río arriba de Itapúa significó un avance en el área de influencia colonial y jesuita, se buscaban unir con eslabones de reducciones de poblaciones de originarios amigos el camino hacia las poblaciones del Guairá por el paraná, mucho más transitable que el camino hasta ese entonces existente por tierra entre Asunción y el Guairá, a Corpus le siguieron las fundaciones de Natividad de Nuestra Señora del Acaray en 1624 y Santa María la Mayor del Iguazú en 1626, que buscaban también además del objetivo misional jesuítico completar las postas seguras por el alto paraná e Iguazú. 

 

Itapúa al ser la primer reducción fundada el el paraná y la primera en tener estancia quizás por haber vivido muchos años de hambrunas suministró 100 vacas a Corpus en 1627 desde su estancia grande en la margen izquierda del paraná posteriormente conocida como rinconada o trincheras, según nos informa una investigación que cita la “Anua de la Reducción del Corpus de 1627”: 

“Hanse traído estos días 100 vacas que se cogieron de la Vaquería de Santo Antonio con las cuales venimos a tener 260 y tantas vacas. …tenemos un lugar muy malo y es que el pasto que hasta ahora han tenido era pésimo y estaban las vacas flacas…hémosles mudado a otro campillo” 

Norberto Levinton. El concepto de propiedad en la organización territorial https://doi.org/10.31057/2314.3908.v8.30311.IHS. Antiguos Jesuitas en Iberoamérica Vol. 8 / 2020

 

Más tarde ocurrido aquello de las invasiones y migraciones no sintiéndose seguros por los constantes secuestros de indios con fines esclavistas decidieron mudarse en 1646 aguas abajo y adentrándose mucho y cruzando el territorio misionero para comenzar de nuevo sobre la margen derecha pero esta vez del Uruguay, más de medio siglo después en 1701 vuelve al paraná precisamente al norte del arroyo  Curupaity consignado como fecha de este último asentamiento el 12 de Marzo en lo que hoy conocemos como Corpus, este último traslado no obedeció a razones de seguridad sino más bien sanitarias.

 

El primer Historiador de Corpus 

Suele nombrarse a como caso destacado de escritores guaraníes del período jesuítico a Nicolás Yapuguay que nos legara las obras Explicación del Catecismo en Guaraní y Sermones y Ejemplos pero su fama radica principalmente en que habiéndose destacado en producción literaria como indudablemente lo hizo, vivió en un tiempo en que ya funcionaba la imprenta en los Pueblos misioneros, no así entre mediados y finales del siglo XVII y quizás albores del S. XVIII  cuando vivía Melchor y en su pueblo no funcionaba ninguna imprenta, era un natural de Corpus que escribió un “Historia del Pueblo de Corpus Christi”. Tristemente este trabajo no ha llegado a nuestros días pero sabemos de la existencia de esta obra por los  elogios y alta consideración que recibe de un jesuita contemporáneo suyo que escribió de Melchor y su trabajo lo siguiente: 

“...se llamaba Melchor y escribió la Historia del pueblo de Corpus Christi. Era un volumen de cosas muy variadas, ya que reseñaba cuándo se fundó el pueblo de Corpus, por qué se trasladó del Guairá, en qué época se construyó la iglesia, las circunstancias en las que se inauguraron los altares, cuáles eran los límites del pueblo, según la tradición, cuáles eran los campos asignados a los pobladores, cuál era la tradición de que Santo Tomás había estado entre los Guaraníes, qué pestes habían afligido a los moradores de Corpus. Todo esto escribió Melchor con sencillez de estilo, y cuanto leía u oía sobre el tema, lo ponía en su crónica, aunque sin orden y sin hacer juicio de los hechos. No obstante, hay que confesar que ese volumen contenía cosas nada despreciables, y yo lo he aprovechado para mis propias cosas, y una vez hallé al Párroco que lo consultaba diligentemente para esclarecer una cuestión de límites. El mismo Melchor había enriquecido su obra con un mapa trabajado por él, en el que no estaban puestos los grados de Longitud y Latitud, que él desconocía, pero en el mismo estaban consignados con toda exactitud los montes, los arroyos y los ríos, contenidos dentro de los lindes del pueblo.”

José Peramás (citado en Guillermo Furlong)

 

Nótese que Melchor nos aporta aún de este modo porque Peramas comenta que en su historia de Corpus Christi él incluía el por qué se trasladó del Guairá y  podría decir “porque recibieron migrantes del Guairá” pero no lo expuso así, sino dando a entender que los de Corpus habían migrado del Guayrá. Nos surgen dos interpretación de inmediato a este dato que desliza Peramas, Melchor era uno de los migrados desde el guairá que buscó refugio con los “padres” en Corpus y con este aporte poblacional se funda la reducción, o tal vez los emigrados eran mayor número que los locales del Y-aña pesando más su visión e interpretación de los hechos en la crónica por él escrita. Seguramente futuros análisis más profundos podrán arrojar otras interpretaciones, superadoras de estas que brevemente ensayamos aquí.

 

En Octubre de 1629 escribió el provincial Trujillo luego de haber visitado el pueblo que la situación era angustiante pues una enfermedad se había dispersado entre ellos por lo que les sacó del sitio donde estaban aprobando otro que les gustaba por lo que el cacique principal de nombre PEROYÚ quedó muy agradecido. Veamos el relato del Provincial Trujillo que además nos deja una postal costumbrista de el cacique y los indios:

En la del Corpus me lastimó el corazón de ver una Reducción [de la cual hace] menos de un año que se comentó, era de las más lúcidas del Paraná, con más de 450 familias, y en un año poco más estaba tan consumida de enfermedades, que tenía pocos más de 300 [flias.]. Habíase tratado de mudarla a otro sitio, y por las dificultades que corrían, siempre lo habían dilatado. [Al] Otro día después de mi llegada fui a ver un sitio, de que me habían dado noticia contentaba á los Indios; y sin citar a ninguno fueron [conmigo] a píe  200 [de ellos]. Estaba legua y media de esta Reducción y pareciéndome más sano y más a propósito y que los Indios gustaban de él, les señalé [para su nuevo asiento]. El Cacique principal, que se llama Peroyú, lo agradeció tanto, que hizo un razonamiento á todos sus Indios, encareciéndoles el amor que les tenían, pues había venido de tan lejanas tierras a buscarles sitio; y aunque cada qual estaba haciendo su [comidilla], él les estaba predicando voz en grito. Dicen que es costumbre de los Caciques principales discurrir algunas noches por las calles predicando a sus Indios, tomando cada uno lo que alcanza a oír, poniéndose todos en gran silencio, y que aquellas palabras tienen gran veneración. 

( PASTELLS, TOMO 1 PP 442-443 Relación del viaje y visita del P, Provincial del Paraguay, Francisco Vázquez Trujillo, dirigida al Padre General de la Compañía de Jesús.—Itapúa, 3o de Octubre de 1629.)

Noticias que nos legaron las fuentes jesuitas más accesibles

Las cartas anuas son memorias de lo acontecido en cada pueblo que los sacerdotes envían al provincial en Asunción y este a su vez las compila y envía al general en Roma, son una fuente valiosísima para la historia, pero tienen la particularidad de ser más un texto congregacional religioso que una fidedigna crónica de hechos históricos, aún así encontramos en ellas acontecimientos que aunque teñidos de un tono religioso muy acentuado narran sucesos ciertamente relevantes y nos ayudan a formarnos una idea del devenir del poblado, como por ejemplo la anua de 1634 donde Peroyú a quien en 1629 se lo llamaba “Cacique Principal” ahora aparece nombrado con nombre “cristiano civilizado” de Luís y con el cargo de Capitán, lo que indirectamente nos da a entender que este natural fue un líder de importancia en esos años: 

 

Vinieron a cuidar esta reducción el P. Andres de la Rúa y el P. e Julio de Hornoz con cuya venida se alegraron los Yndios mucho, y se animaron a querer hacer una buena iglesia en su pueblo, y así fue el Capitán llamado Luis Peruyu con los alcaldes y Caciques pidiendo a los Padres que les hiciesen Iglesia de propósito porque no estaban [conformes] de tener a Cristo Nuestro Señor en una choza de paja tantos años hacía y que estaban avergonzados de que siendo más antiguos que otros en la fe no tuviesen Iglesia tan buena como ellos. Y añadió el Capitán que quería mientras Dios le daba vida la gastaría en hacer casa a Dios; animados los Padres con tales palabras, y presentandome lo que los Indios les habían dicho, diles muy grata licencia (autorización) y luego dieron principio a sacar la madera dividiéndose los Caciques y ayudándose unos a otros con mucho gusto trajeron el primer palo con mucha algarabía y fiesta, y los Padres los recibieron con música cantando el Te Deum Laudamus y luego entre toda la gente en la Iglesia a ofrecer a Nuestro Señor su trabajo, pidiendo a Ntro. Señor ayuda y favor para hacerle su casa para honra y gloria suya continuando después con mucho fervor y gusto.

XV - CARTAS ÂNUAS DAS REDUÇÕES DO PARANÁ E URUGUAI DE 1634. 21-IV-1635 Letras annuas de las reducciones del Paraná y Uruguay del año de 1634. Al Padre Diego de Boroa Provincial desta Província.

 

En las cartas anuas Generales que abordan los periodos de 1637 y 1639 puede leerse que la Reducción de Corpus Christi alojó a pueblos exiliados del Tape (hoy Río Grande del Sur, Brasil) que seguramente había sufrido incursiones bandeirantes, cuenta que  “Este pueblo recibió a los pobres fugitivos del Tape, y los sostuvo con el fruto de su trabajo por seis largos años” (Meader 1984)

 

El periodo de 1647, 1648 y 1649 de las anuas generales se compiló en una sola publicación y da cuenta de que Corpus en su carácter de pueblo limítrofe se dedicó a hacer misiones entre indios infieles y fueros estos neófitos muy propensos y proactivos en emprender tareas evangelizadoras ellos mismos aun siendo cristianos nuevos: 

se ha hecho una tentativa para atraer a los guanaes, [Nota: Parece aludir a los Guayanás, que corresponden a la etnia kaingang, término con el cual se designa a los indios no guaraníes, que lingüística y culturalmente fueron descritos de una u otra forma como integrando parte de la rama sureña de los Gé.] quienes viven en la selva, y tienen una lengua diferente y muy difícil de entender por parecer componerse de inarticuladas gárgaras y restallidos en la garganta. las más de las veces viven en cuevas como fieras.

en tiempos antiguos, cuando los indios del paraná todavía eran infieles tenían amistad con los guanaes, y ahora siendo ellos cristianos, todo su afán es hacerlos partícipes de su dicha a aquellos pobres miserables y son ingeniosos en inventar modos de entrar en comunicación con ellos, prometiendoles construir un pueblo, si se quisiesen hacer cristianos, y darles de comer. 

los acompañó allá unos de nuestros padres y logró, con el favor de Dios, ganar al cacique de aquella gente el cual nos entregó a su hijo para que aquí se eduque cristianamente, el cual podrá después servir de intérprete y catequista de sus compatriotas” 

Documentos de Geohistoria Regional N°14 2007 IIGHI-CONICET p110

 

Para el año de 1661 comenta la anua como al ser Corpus Christi el último pueblo del Paraná era el primero por el que pasaban quienes volvían de cosechar yerba y habiendo estos pasado mucho tiempo en los yerbales buscaban alimento en Corpus como primer punto civilizado en su regreso y los de este pueblo siempre los atendían, así lo expresa la anua de 1661 

 

“[Corpus es] un pueblo de poco más de 400 familias [...] Está este pueblo en el paso último de los que  de este Paraná van a la yerba y es el primero con que se topan de vuelta, bien necesitados y hambrientos, ayudándoles a todos, de los otros pueblos con mucha caridad con limosnas de los frutos de sus sementeras y así se lo paga nuestro Señor dándoselas siempre copiosas.” 

Cortesão XXVII - CARTA ÂNUA DAS REDUÇÕES DO PARANÁ E URUGUAI, DE 1661 (p 196)

 

Una vez terminado el periplo migratorio de asentamiento y reasentamientos por el que transitaron los pobladores de Corpus por tres cuartos de siglo habitando una y otra margen del Paraná y hasta la costa del Uruguay, por fín el orden social y bélico llegó, y se establecieron en el lugar que ocupa hoy. Entonces el Provincial de los jesuitas dejó establecida órdenes de mejoras edilicias en el pueblo, se trata de un documento de Luís de la Roca fechado en septiembre de 1714 donde dejan establecido en su memorial que se construya el Coty Guazú y se mejoren las casas de los indios: 

se haga una casa fuerte y capaz y bien cercada con patio para recoger a las viudas y casadas cuyos maridos andan huidos y solteras huérfanas. Dichas casas se harán con cimientos de piedra [...] Las casas de los indios que se hicieran de nuevo serán en los cimientos también de piedra hasta tres cuartos y una vara fuera de ellas y lo demás de adobe. Y las que ahora sirven y están con paja en los techos, se procuren cubrir con tejas, porque no suceda alguna quemazón.

Memorial de Luis de la Roca referido a Corpus, 5 sep 1714 citado en Bollini Hector “Misiones jesuíticas: visión artística y patrimonial. Buenos Aires: Corregidor, 2009 (pp 257-258 )

La Expulsión  

En 1768 al momento de la expulsión, el 17 de Agosto, estaban a cargo P. Ignacio Españaque compañero de quien era entonces cura de Corpus Christi el P. Pedro Sanna SJ de 68 años y fue el encargado de hacer el inventario de “Cosas existentes” en el Pueblo para hacer entrega a las nuevas autoridades coloniales y religiosas, el administrador designado Don Antonio Hernández y el religioso Fray José Calisto Gómez, del Órden de la Merced, o Mercedario. 

Ese día firmaron en representación del cabildo del pueblo el acta de expulsión y cambio de autoridades, “el corregidor D. Sebastian José Oquenda, y el secretario de cabildo Narciso Yazi, que son los únicos que saben escribir” (F. Brabo, Inventario  p.290) El mayordomo del colegio y casa de los padres era Marcelino Mbayrayú quien permaneció en el cargo. 

El Padre Pedro Sanna y su compañero, el Padre Ignacio Españaque fueron embarcados y escoltados por ocho soldados armados al mando del sargento Antonio Quesada, llevados a Itapúa donde se estaban agrupando a todos los sacerdotes de los pueblos del paraná para ser reembarcados hacia a Buenos Aires y desde allí poner rumbo a los estados pontificios para nunca más volver. 

Furlong nos trae información que para 1780 la situación de la asistencia religiosa a los pueblos era ya angustiantes por carencia de sacerdotes sanos o idóneos “Los Padres Mercedarios, escasos de personal, no tenían Teniente Cura en Candelaria, en Corpus y en Santa María la Mayor”

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