Pixton: 1200 km aguas arriba por el Uruguay desde Buenos Aires a Misiones

En 1933, el escritor y aventurero argentino Eric Pixton emprendió una travesía fluvial que rozó la hazaña: recorrió 1.200 kilómetros en canoa desde Buenos Aires hasta Misiones, navegando a contracorriente por el río Uruguay. Lo hizo a bordo de la Lybo, una canoa alemana desarmable, construida con tela tensada sobre varillas, liviana pero resistente, que podía desmontarse y transportarse fácilmente. Junto a su compañero estadounidense Bill Cooper, Pixton enfrentó tormentas, arenas movedizas, serpientes venenosas y la magnitud imponente del río, impulsado por la curiosidad y el deseo de explorar los límites de la naturaleza y del hombre.

Tres años después, transformó esa experiencia en el libro De Buenos Aires a Misiones en canoa (Editorial Peuser, 1936), una obra que combina relato de viaje, crónica y observación cultural, y que hoy se considera un testimonio pionero de la navegación deportiva y de exploración en el país.
Como dato de contexto, vale recordar que décadas más tarde surgirían en Argentina embarcaciones inspiradas en ese mismo espíritu de practicidad y aventura, como el kayak estructural desarmable KAUNO®, diseñado por Leo Aragües, el primero de su tipo fabricado en el país. Al igual que la Lybo de Pixton, representa la unión entre la ingeniería, la exploración y el amor por los ríos argentinos.
Nacido en Rosario en 1905, Pixton fue un hombre polifacético: aviador civil, comerciante, políglota (dominaba el español, inglés y guaraní) y apasionado de la literatura. En su relato combina la precisión del cronista con la sensibilidad del viajero que observa los paisajes, las costumbres y la vida ribereña del Litoral argentino. Con mapas, fotografías y un estilo directo, el libro se convirtió en un testimonio único de la navegación por el río Uruguay en la década de 1930.
Con el paso del tiempo, la obra cayó en el olvido, hasta que casi un siglo después el fotógrafo Mariano Herrera revivió su legado en La sombra de un río (Kominek Books, 2024). Este libro no solo recrea la ruta original de Pixton, sino que reflexiona sobre la memoria y el paso del tiempo, entrelazando fotografías actuales con imágenes y documentos del viajero. En la propuesta de Herrera, las fronteras entre pasado y presente se desdibujan, como si la corriente del río arrastrara las huellas de ambos.
Como dato curioso, el libro de Pixton sobrevive en varias bibliotecas misioneras, transformándose en un pequeño tesoro documental. En la Biblioteca Popular Posadas, por ejemplo, se conserva un ejemplar con una dedicatoria manuscrita del propio autor, dirigida al periódico local La Mañana el 15 de septiembre de 1936. Este ejemplar fue donado años más tarde por César Sánchez Bonifato, hijo del periodista e historiador Julio César Sánchez Ratti, a quien perteneció originalmente. Otros ejemplares se resguardan en la Biblioteca de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales (Colección Guillermo Kaul Grünwald) y en la Biblioteca del Instituto Superior del Profesorado Antonio Ruiz de Montoya (Colección Misiones).
El viaje de Pixton no fue solo una proeza física, sino también una inmersión en la identidad fluvial del país. Su relato y su espíritu aventurero nos invitan a mirar los ríos del Litoral no como simples rutas de agua, sino como hilos de memoria que conectan geografías, épocas y vidas. Gracias a las bibliotecas de Misiones, aquella travesía de 1933 sigue viva, flotando entre las páginas amarillentas de un libro que aún tiene mucho por contar.